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El día que la gente ovacionó a Pareto en el tren

“La Peque”, que divide sus tiempos entre su residencia en medicina y los entrenamientos de judo, reveló una divertida anécdota cuando se tomaba el tren para ir al Hospital.

Apenas una semana después de haber ganado la medalla de oro, Paula Pareto estaba tomando el tren en Vicente López como todos los días para dirigirse al Hospital donde se encuentra realizando la residencia en traumatología. Claro, para sorpresa del público que se encontraba en el lugar, fueron pocos los minutos que pasaron para que todo el vagón la reconociera y empezara a ovacionarla.

En la mesa de Podemos Hablar, revivió como fue el momento en el que afirmó que se moría de vergüenza. “Fue un aplauso generalizado que yo decía por favor que se abra la puerta en ese preciso momento. Estaba roja”. La campeona olímpica reveló que le sucede lo mismo en el consultorio del Hospital, cuando luego de que el primer paciente la reconoce, toda la sala de espera se revoluciona con su presencia. ¡Reviví el momento en PH!

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